Pero ¿qué hacemos si entre la turba enloquecida de terror, entre la muchedumbre que corre por salvar sus vidas los primeros en emprender la desesperada fuga son los mismos sabios y abnegados hombres que nos brindan la salvación del espiritu?
Pues uno de estos pastores de almas logra tomar un poco el control de si mismo y consigue sobrevivir junto a un variado grupo de gente refugiados en la azotea de una casa.
Esta es la historia, narrada por Mario Ruíz, de como este sacerdote salva algo mas que su alma: su pellejo.
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3 comentarios:
molto bonito molto bonito!!!
wooooo alcohol, balas y sacerdotes... suena a una buena orgia. felicidades.
Yo quiero Vino pa consagrar
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